Todos estamos comentando el hecho
que la juventud actual lo tiene muy fácil que son unos auténticos abusadores de
las costumbres y de la educación, pero como toda causa y efecto, tenemos que
entender los motivos y más aun los auténticos culpables de todo esto que
ocurre.
Como todos buenos padres,
queremos hacer lo mejor y dar lo mejor para nuestros hijos, pero somos muy fáciles
de vendernos al desespero y al desanimo, somos baratos antes de ponernos de
manos a la obra.
Y comenzamos a regalar nuestro
esfuerzo y buenas costumbres para que lo haga otro, me refiero a la educación y
buenas maneras que es un precepto de familia que no deberíamos delegar tan a la
ligera.
Somos el origen de la perdida de interés
de nuestros hijos por mantener las buenas costumbres y el deber de dar lo mejor
de ellos ante cualquier situación, En este sentido somos unos perdedores inaceptables,
antes de entrar en el confronto con la realidad actual. Ya ponemos culpables a
la sociedad y a los educadores que han tenido a bien, a enfrentarse a nuestra
toalla arrojada.
En alguna que otra ocasión,
amigos y personas que me he encontrado durante mi vida, preguntan con un aire
de desespero y de abandono, que pueden hacer por mudar el camino de sus hijos,
que están en ruta de colisión contra los arrecifes de nuestra sociedad.
Y cada vez que les doy mi opinión
ó mi particular forma de mudar el rumbo antes de perder la navegación ante la
sociedad actual, les pido que prueben este sistema que les dejo aquí a
continuación.
El método 80 -20
Para que funcione y sea un buen éxito
la aplicación de este método, debemos entender que cuanto antes comience a
ponerlo en práctica, más efectivo será y mas aceptado por parte de nuestros
hijos.
Si esperamos a que los hijos estén
en una edad de auto reprogramarse a la voluntad de ellos, nos será más difícil poder
hacerles personas de provecho.
Comencemos con una buena charla
optimista y de ambiente familiar, sin poner ordenes a cumplir, Y sí explicarles
que es como un juego de afinidad entre padres e hijos, no puede ser una orden a
cumplir a rajatabla y si un acuerdo por las partes interesadas.
Nosotros queremos que sean lo
mejor en todo, especialmente lo mejor para la familia y para la sociedad,
queremos que sean competitivos para sí mismos y a la vez sean razonables con
sus ideas y resultados.
Hay que buscar cuales son los
intereses que ellos tienen y que no dejarían a un lado por nada del mundo, a no
ser que haya un nuevo interés por parte de ellos. Con esto vamos a conseguir
implementar el método 80 – 20.
Les daremos unos datos (a cumplir
efectivamente y satisfactoriamente) que día a día, semana a semana y mes a mes
deberán presentar para evaluar sus resultados mensualmente. Lo bueno de todo
esto es que ellos se implicarán porque se trata de beneficios para ellos.
En base a que el numero mayor
(80) es más atractivo que el menor (20) les daremos las normas del método y
comenzaremos a ver como se desenvuelven. Para eso le daremos unas instrucciones
que no puedes ni alterar unilateralmente, pero si las puedes crear antes de
aplicar el método, según la necesidad. Recuerda NO puedes alterarlas nunca, una
vez comenzado el método.
01º Busca el momento adecuado
para hablar con tu hijo y crea (tú y no el crio) las reglas para concordar, siendo
muy bueno ponerlo en práctica a partir que comience su etapa de educación
primaria.
02º El interés por parte de tus
hijos por algún juego, evento, actividad, estudios, personas y de otras cosas
que les parezca envolventes con sus gustos, serán tu trofeo a entregarles si
ellos cumplen con el método 80 -20.
03º Les daremos 80 horas al mes
para que disfruten de sus intereses en cualquier día de la semana y en la
cantidad de tiempo que ellos quieran gastar de esas 80 horas mensuales. Siempre
y cuando cumplan los deberes diarios que sean implantados para que ellos lo
realicen. O sea primero las obligaciones y después los placeres, así
fomentaremos sus derechos razonables.
04º las obligaciones tienen que
ser de acuerdo con su edad y condición física, y sus placeres deben ser también
en la misma proporción, me explico. Un chaval de 5 años no debería estar
limpiando el baño con productos químicos, pero si puede estar organizando su
cuarto. Y de la misma forma no debería estar viendo canales de televisión para
adultos y si leyendo libros de aventuras o jugar un videojuego instructivo.
05º una vez entendido esta parte,
les daremos una buena noticia y una mala noticia, siempre en ese sentido. Si al
finalizar el mes, han hecho todo lo que el método implementado, con sus reglas
inalteradas, les daremos 20 minutos para aumentar a sus horas por mes para sus
placeres (buena noticia). Pero si por al contrario hemos tenido problemas con
ellos y sus deberes no han sido cumplidos, les restaremos 80 minutos al mes de
sus horas mensuales (mala noticia). De esta forma potenciamos el auto control y
el entendimiento que más no siempre es bueno, pero si puede serlo dependiendo
de su interés y esfuerzo para ganar.
06º si nos basamos que los hijos
son esponjas a la hora de aprender algo nuevo, también vamos a evolucionar con
la idea de que enseñar es cosa de todos, incluso de ellos mismos para con
nosotros pues irán descubriendo y te lo harán saber, hazles sentir que están por
el buen camino, no los desalientes con mensajes de “Eso ya lo sabía yo” y valorízales
diciéndoles “Que bueno que lo entiendes”
07º aliéntalos a que sean ellos
que te digan o le digan a otros padres de sus amigos que el método 80 – 20 les
tiene interesados y que se sienten importantes.
08º y aquí viene la parte terrorífica
del método, ¿Qué hacer si el 80 – 20 no hace efecto?, pues con seguridad será
la extinción de las reglas del método, y les puedo asegurar que si eso ocurre,
ellos tendrán el sentimiento de haber
hundido el barco contra los arrecifes. Entonces volveremos a intentarlo con
nuevas reglas, con conceptos más realistas a las capacidades de todos los
integrantes, padres e hijos.
Espero que les interese este tipo
de método, las reglas son múltiples y adecuadas a cualquier momento de la vida
de nuestros hijos, pero recordando que es buscando un fin correcto. y no el
empujarlos a ser competitivos con la sociedad, pero si con ellos mismos. Dando lo
mejor de lo que tienen.